Mindfulness para niños














¿Recuerdas tu infancia, cómo cogías la bici y junto a tus amigos pasabas muchas horas en el campo, disfrutando sin más viendo correr las nubes en el cielo, buscando en ellas formas de animales? Podíamos quedarnos así momento tras momento, en realidad, practicando mindfulness.

Hoy, viendo a los niños delante de la pantalla del televisor, de la consola o del ordenador durante horas, me pregunto qué les estamos ofreciendo. Se vuelven mayores antes de que hayan podido ser realmente niños. Ya sea en el plano social, emocional, en la familia, en la escuela: están ocupados con miles de cosas. Realmente demasiadas. El “botón de encendido” funciona, pero ¿dónde está el de pausa?

El mindfulness puede ayudarte a encontrar ese botón. Con la práctica de la atención y el estar conscientemente presentes, los niños aprenden a parar por un instante para tomar aliento y sentir lo que necesitan en ese preciso momento. Así pueden dejar a un lado el piloto automático. Dejan sus impulsos por lo que son y aprenden a aceptar que hay cosas en la vida que no son tan divertidas o guay. Aprenden a prestarles atención, una atención amable.
Aprenden a no tener que esconder nada. Ello conlleva comprensión hacia su propio mundo interior y también hacia el de otros.

Pero, sobre todo, y en la relación de nuestros niños con la Naturaleza, el mindfulness nos lleva hacia el respeto a la vida (y a nosotros mismos) y a tener la capacidad de maravillarnos.
Cuando ayudamos a nuestros hijos a vivir más frecuentemente en estado de mindfulness, los apoyamos mucho más de lo que pensamos. Ya que así les ayudamos a preservar todas las capacidades de la humanidad.

Mindfulness es experimentar el sol en tu piel. Sentir esas gotas saladas deslizarse por tu
mejilla. Percibir la irritación en tu cuerpo. Experimentar la alegría y la tristeza en el momento en que estas suceden. Sin tener que hacer nada con ello, sin tener que reaccionar inmediatamente o expresar qué piensas. Mindfulness es estar amablemente presente en lo que ahora es. En cada momento.

Regala a tu hijo un día maravilloso en contacto con la Naturaleza y los maestros del Mindfulness, los Caballos, para que puedan reconocer la experiencia profunda de vivir en el presente.

(Inspirado en el libro “Tranquilos y Atentos como una Rana”)

La respuesta del cuerpo



La pregunta ¿Quién soy? es la brújula de todo buscador que anhela conocerse para sentirse más pleno, feliz y realizado en el contacto consigo mismo, con los demás, con su entorno natural y cultural. En definitiva, con la Vida.

Desde el momento de nuestra concepción hemos ido construyendo, y seguimos construyendo, aquello que somos. Esto se refleja en una personalidad con numerosas capas y formas de manifestarse en nuestras relaciones.

Esta construcción ha ido configurando una forma física, una manera de sentir, de pensar, de estar en el mundo y para el mundo. Pero, a menudo, esta construcción se ha hecho separando las sensaciones, emociones y pensamientos que me agradaban, que interpretaba que podía sentir y pensar y con esto lograr aprobación, pertenencia y amor.

Esto ha implicado que a lo largo de nuestra historia muchas de las cuestiones que hemos rechazado, quedaran aisladas, recluidas y reprimidas en nuestro mundo inconsciente. Este plano que denominaremos sombra, si bien no está al alcance del pensamiento consciente, está en un estado latente, actuando solapadamente a través de lo que expresamos y de lo que no.

“Soy” según los elementos con los que me he identificado. Y “no soy” lo que he pretendido desterrar de mí. Aunque no con mucho éxito.

En este camino, como aquello que he desterrado es lo que considero “indeseable”, “impresentable” amenaza con retornar, decido defenderme, asegurar una “identidad estable” y construir una imagen idealizada de mí mismo.

De esta forma, “Soy amoroso” “Soy valiente” “Soy seguro” y me defiendo para no mostrar el miedo, el enfado, la tristeza (sin tener en cuenta que, en realidad, son estrategias adaptativas y necesarias.) Me cierro a nuevas creencias y pensamientos que puedan cuestionar todo aquello que me dice “quién soy”. Y no me doy cuenta de que, en realidad, esa identidad a la que me apego es una distorsión.

Por un lado, rechazo la conciencia de mi simple humanidad imperfecta, con su dolor habitual e intensa vulnerabilidad. Me encierro en una máscara con la esperanza de dejar los “defectos” y el dolor fuera de mi consciencia. Y por otro lado, niego mi núcleo espiritual más profundo, ahí donde soy expresión completa y magnífica de la Totalidad.

En ese camino, el cuerpo juega un papel fundamental como primera línea de defensa. A través de su organización, alineamientos, tensiones y bloqueos, ayudan a todo el psicocuerpo a construir, sostener y perpetuar esas identificaciones que conforman la personalidad.

Un trabajo interdisciplinar, como el que propone el Método Shingyo, que tiene como una de sus piedras angulares el trabajo con el cuerpo, permitirá que la persona que comienza, a través de la maduración de los aspectos de la personalidad y la potenciación de los dones que se esconden detrás de las sombras, esté cada vez más cerca de la fuerza, la felicidad y la responsabilidad sobre su vida. 

El cerebro libre (I)













El aumento de la investigación sobre la meditación que está teniendo lugar en las últimas décadas (en 2010 se duplicó el número de artículos científicos sobre meditación con respecto al 2005. ["El Poder Curativo de la meditación". Kairós, 2013]) es señal de un interés en profundizar sobre la naturaleza de nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro cerebro y el modo en que su interrelación afecta a la salud y la enfermedad, al bienestar y al sufrimiento, a la felicidad y la depresión. En resumen, a nuestra humanidad básica. Nos estamos empezando a tomar en serio, como individuos y como sociedad.
De una ciencia harto positivista y, en apariencia, carente de alma, hemos pasado a una ciencia con corazón: el Cosmos ya no es considerado algo inteligente, frío y con unas leyes materiales estáticas sino como pulsión de vida, como Conciencia que evoluciona hacia comprenderse a sí misma. La conciencia es inmaterial pero también material. Como está demostrando la física cuántica, cada una de nuestras células son consciencia, cada uno de los átomos son consciencia. Como tal, ésta se rige por las mismas leyes naturales que la materia, así como la materia forma parte y danza en las leyes invisibles de lo inmaterial.
Hoy, las investigaciones del cerebro comienzan a hablarnos muy profundo. Al fin la integración e interacción entre Oriente y Occidente da paso a una rica comprensión de lo que sucede en nuestra mente durante la meditación y las experiencias cumbre.
Las grandes líneas de sabiduría milenaria son ahora objeto de investigación neurocientífica: la ilusión del yo, la Comprensión transpersonal, el satori, éxtasis y arrobamiento, la no-dualidad,…
Un claro signo que nos señala el camino emergente de la desmitificación de este clásico conflicto entre ciencia y espiritualidad.
Gracias a este interés creciente en la meditación desde la investigación científica podemos aprehender y completar la comprensión total de estos caminos de sabiduría.
Después de explorar los terrenos de las tradiciones espirituales y de la neurociencia, comprendiendo y aprehendiendo el sentido de la práctica de la meditación en nuestras vidas y culturas, ya estamos empezando a entender la serie de beneficios y efectos sobre cuestiones muy prácticas. Se nos brinda la posibilidad de convertir esas comprensiones en acciones, intervenciones y herramientas que aportan consciencia y salud a la vida del ser humano: ¿cómo podemos alentar y mantener una mente sana?, ¿Cómo podemos cultivar un mayor equilibrio emocional en nuestra vida y en nuestra sociedad?
Según la regla de Hebb, “las células nerviosas que se activan juntas se conectan juntas” y lo contrario, “las células nerviosas que ya no se activan juntas dejan de estar conectadas”. Las propiedades de la neuroplasticidad son tan grandes que nos permiten crear un nuevo nivel de la mente. Un proceso biológico que los neurocientíficos denominan poda y generación. Esto es, ir más allá de nuestros condicionamientos y automatismos. El momento crucial de la meditación, es cuando pasamos de ser algo a observar ese algo.
Al conocer más allá de los programas inconscientes con los que nos hemos estado identificando, se empieza a cerrar la separación entre quien aparentamos ser y entre quien realmente somos.
Cuando practicamos la meditación, cuando nos volvemos conscientes y atentos, nos Conocemos, conocemos el funcionamiento de nuestra mente y de la Mente del Universo; estamos haciendo lo que los místicos han hecho durante siglos.
Una frase sobre Buda caracteriza el punto de vista del neurobiólogo James Austin: “…hace mucho tiempo, en una tierra lejana, el cerebro de un hombre cambió bruscamente.” Desde el punto de vista de Austin, el “despierto” es alguien cuyo cerebro se ha reestructurado de manera fundamental.
La teoría básica de Austin es que los momentos pasajeros de visión interior, conocidos en el zen como kensho o satori, básicamente "reformatean" el cerebro, permitiendo que antiguas y habituales estructuras de la mente (básicamente aquellas centradas en el "yo, mi, mío") se disuelvan y reformen en líneas más flexibles, sensibles y compasivas.

La meditación es un paso necesario en el caminar espiritual hacia el desarrollo de las dimensiones física, psicológica y social del hombre. Le ayuda a “despertarse”, a escucharse atentamente, a descubrirse y aceptarse: en definitiva, a ser más plenamente humano. Propicia el cultivo de cualidades en uno mismo y hacia todo lo manifestado, tales como la empatía, el amor, la unión e interconexión, la compasión, la benevolencia, la serenidad, la felicidad y la ecuanimidad.
"¿Puedes aceptar la idea de que en cuanto cambias tu estado interior no necesitas que el mundo exterior te dé una razón para sentir alegría, gratitud, aprecio o cualquier otra emoción elevada?
Joe Dispenza"

Bienvenid@s













Bienvenid@s a esta sección dinámica de nuestra página web.

En ella publicaremos artículos, noticias y otras cosas de interés. Esperamos que la disfrutéis y, a la vez, os pueda ser útil.

Un saludo del Equipo de Shingyo